Los efectos en el desarrollo de la región, mísera hasta entonces, no se hicieron esperar.
Veinte años después, los bosques trajeron agua, carreteras y electricidad hatsa la remota aldea china que lo vio nacer.
Veinte años después, los bosques trajeron agua, carreteras y electricidad hatsa la remota aldea china que lo vio nacer.
Una historia con tales dosis de esfuerzo, constancia y desinterés que difícilmente podría atraer la atención del público del siglo XXI.