miércoles, 31 de octubre de 2012

Nogal híbrido: ¿vale la pena?

Desde hace algo más de una década se extiende en España el uso forestal de tierras agrarias con el fin de explotar la madera resultante.

La Unión Europea, a través de los fondos FEADER para el desarrollo rural, ha contribuido a fomentar esta actividad mediante la concesión de abundantes subvenciones a la agroforestación.


Desde el punto de vista político, el déficit maderero que arrastra la UE explica los beneficios, a medio plazo ya, de esta costosa política de incentivo.


Con la aparición en el mercado del nogal híbrido y de estas ayudas, grandes inversores y latifundistas repoblaron miles de hectáreas. Como siempre con el gran capital, no es posible saber si con fines productivos, especulativos, recaudatorios de ayudas públicas o una mezcla de todos. 


Donde no parecen haber calado las bondades de una actividad motora del desarrollo y la riqueza distribuida es en el pequeño propietario rural. La garantía de rentabilidad que procura una materia prima, la madera -segunda más demandada tras el petróleo a nivel mundial, que además presenta una seria endemia deficitaria en nuestra potente región económica natural, la Unión Europea, apenas tiene efecto. A diferencia el petróleo, no es posible concentrar las plantaciones de madera en pocas manos, y estas además no impiden la explotación simultánea de la tierra con otro cultivo.


Pesa demasiado la falta de atractivo de un retorno de inversión de largo plazo (25-40 años). 


El español de a pie no se deja engatusar fácilmente: desconfía de todo negocio que no reporte beneficios inmediatos y evidentes. Se niega a creer que el trabajo, por si mismo, sin la ayuda de influencias o contactos poderosos, pueda generar prosperidad. Son muchos los que han venido a visitar nuestro vivero, interesados en reforestar un terreno mal aprovechado, y que finalmente "no lo han visto claro", sin saber explicar con palabras el porqué. Caemos en el desánimo con increíble facilidad si nos comparamos con un francés, un alemán o un italiano del norte.


Aunque la mayoría desea llegar a una cómoda ancianidad, o dejar cuando menos un legado apreciable a nuestros hijos y nietos, apenas acometemos acciones para lograr este objetivo, más allá de dejar nuestros ahorros en una cuenta o fondo bancario.


La forestación de parcelas en peligro de desuso cuenta con todos los auspicios para ser exitosa incluso en pequeñas superficies. El desarrollo de nuevas especies, híbridos del nogal, alerce, cerezo, castaño, etc. acorta los turnos de explotación hasta casi la mitad. El bajo coste de mantenimiento y los increíbles precios que se pagan por la madera noble, en especial de frondosas y tropicales importadas, aseguran fuertes ingresos futuros aun en el caso de explotaciones medianamente bien gestionadas. 


Ni siquiera el hecho de que el ciclo pueda durar 25 ó 40 años impide que el valor del terreno o de la plantación en si aumente año tras año a un ritmo que ningún fondo de inversión podría garantizar ni en los tiempos más arrogantes de la especulación financiera.


Oir de quien dispone de una parcela agraria, así como de la información, medios y ayudas suficientes para reforestarla que, con todo, la deja en abandono, es algo que por resignación, ya no nos resulta chocante. Damos más crédito a cualquier voz detractora porque nos hace más apacible y feliz la inacción que tanto caracteriza a nuestro país.


Desde Arboforest, nuestro pequeño vivero familiar, rompemos una lanza en favor de los que se atreven, de los que saben que para recoger hay que sembrar, de los que encuentran un placer en el gasto (que no consumo), aunque se trate, como aquí, de sumas perfectamente asumibles para una economía modesta. Tan modesta como la nuestra sin ir más lejos.


Si os pica la curiosidad sobre todo este asunto, podéis descargaros esta guía en PDF sobre la explotación maderera de la especie híbrida de nogal negro americano y nogal común, aplicable a cualquier especie de rápido crecimiento y madera de calidad.


Y para cualquier consulta, siempre nos encontráis en www.arboforest.com. Hasta pronto!

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